Testimonio de una turista. Por Mariana Brizi

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Villa Yacanto, vacaciones de verdad

Por Mariana Brizi
@mariana.brizi

¿Cómo fueron tus vacaciones este verano? Las mías fueron un hallazgo, hacía muchos veranos que no la pasaba tan bien, y te quiero contar algo de esta experiencia que nos sorprendió a mi familia y a mí.

Ir a Villa Yacanto no fue una elección demasiado planeada, más bien fue un plan espontáneo que surgió así sin pensarlo. En Yacanto viven grandes amigos y el deseo de reencontrarnos nos hizo elegir una cabaña en la zona y lanzarnos a la aventura.

Soy de las que toda la vida disfrutó de sus vacaciones en destinos turísticos “conocidos”, recomendados, donde “hay de todo”, donde si llueve, tenés un Plan B, donde nunca te faltan lugares para pasear ni comodidades para disfrutar.

Por eso este viaje a Villa Yacanto, Calamuchita, Córdoba, me generaba expectativa: sabía que la sierra y sus paisajes son increíbles… pero no estaba del todo segura de cómo sería vivir en un pueblo. “Cualquier cosa igual podemos movernos hacia otras localidades cercanas”, pensaba para tranquilizar mi ansiedad.

Para mi sorpresa, hospedarnos en un pueblo de 4000 habitantes fue todo lo que necesitábamos Y MÁS.

Si tuviera que describir la experiencia de la cabaña al pie del Cerro Champaquí diría que fue: desconectar el ritmo de la ciudad para conectarnos con la madre naturaleza. ¿Cuánto hace que no “escuchás al silencio”? En la ciudad es imposible… y en Yacanto fue toda una experiencia regeneradora de energía vital, tan necesaria para contrarestar el estrés.

Caminar por las calles de asfalto y tierra fue compartir con mis hijos una aventura todos los días. Jugábamos a reconocer distintos animalitos y a escuchar los sonidos de la naturaleza.

Además, Villa Yacanto tiene la particularidad de estar rodeada de muchas alternativas de paseos cercanos, así que todos los días agarrábamos el mapa o consultábamos a los amigos y nos íbamos a descubrir un río, una playa o un parador distinto. ¡No hubo ni un solo día igual al anterior!

¡Y qué decir de la gente, de los vecinos y de los que, con mucho orgullo por su tierra, lo dan todo para recibir al turista con amor y ganarse un lugar entre los mejores destinos turísticos de Córdoba!

Un kiosco al pasar, un mini mercado y una panadería pueden resolverte la cocina de 10 días completos.

Los artesanos son lugareños enamorados de su zona que también son “guías de turismo”, conocedores de la zona que te ayudan con sus sugerencias.
Los dueños de los restaurantes suman platos, propuestas ¡y más mesas de temporadas! para servir con la mejor energía a los visitantes del verano.
El dispensario del pueblo te atiende como a uno más si a tu hijo le agarra otitis como al mío cada verano…

Si hubiera sido por mí, probablemente un pueblito serrano no hubiese sido un lugar para hospedarme, sino un sitio para conocer “de paso”. Sin embargo, qué importante es buscar el cambio de vida cuando de lo que se trata es de descansar y de conectar con otro estilo de vida.

Especialmente para los que vivimos en las grandes ciudades y muchas veces cometemos el error de elegir centros turísticos demasiado sobrepasados de gente… ¡es hora de aprender a recalcular!

Nuestro país no para de sorprendernos si nos animamos al “turismo alternativo”, a crear experiencias propias y a confiar en la vocación de servicio y hospitalidad de quienes esperan y valoran al turista cada temporada.

¡Salgamos a recorrer la Argentina, descubramos su riqueza menos conocida!

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